
Estoy enferma.
Enferma y escribiendo estas líneas.
Mientras lo hago no dejo de pensar que quizás debería dejar todo a un lado, tirarme en el sofá, beber mucha agua y ver un maratón de las Chicas Gilmore. Como hice el domingo. Pero hoy no es domingo. Hoy es 26 y los 26 sale Llamada Perdida. Así que aunque esté enferma, tengo que trabajar, que escribir esto, ¿no?
Si fuese otra persona me diría que es importante descansar bien para recuperarse pronto, en lugar de alargar de forma innecesaria esta tortura. Me diría que mi valor no depende de mi rendimiento, ni de mi escritura, ni de esta newsletter. Me diría que la salud va por delante. ¿Pero quién sigue sus propios consejos? (por muy acertados que sean). Yo, desde luego, no.
Hablo mucho de cuidados, de sueños, de metas, de esfuerzo, de equilibrio… pero mi existencia rara vez está equilibrada. Solo hay que ver la vergüenza que doy haciendo yoga. A veces creo que hablo tanto de estas cosas para recordármelas en el proceso. Para ver si así las asimilo, si me las creo.
Soy la amiga de los buenos consejos, la que escucha y empatiza. También soy la amiga que pocas veces se permite ser vulnerable. Me pongo un poco por encima siendo la confidente, pero rara vez la dependiente (mala praxis, not recommended). Me cuesta permitir que otros me vean débil fuera de mis propios términos y justo por eso hablo tanto de mis debilidades, para que dejen de serlo. Se podría decir que me apropio de ellas. Esa coraza es la que me lleva a estar aquí, escribiendo, en lugar de viendo las Chicas Gilmore. Tengo dos paquetes de pañuelos en mi regazo, me he pasado en pijama todo el día y la boca me sabe a Actimel, como cada vez que estoy enferma.
No he bebido Actimel desde que tengo doce años, pero era lo que mis padres me daban cuando estaba mala y, desde entonces, siempre que lo estoy la boca me sabe así. El cerebro es raro y hace asociaciones aún más raras.
Odio el puto Actimel.
No soy TAN workaholic como para pretender escribir hoy una Llamada Perdida al uso. Por suerte esa tendencia girlbossista (el perfeccionismo patológico de toda la life) me la quité hace ya un tiempo, tras bastante autoanálisis y un poquito de terapia. Pero sigo siendo insegura a rachas y poniendo buena parte de mi valía en mi trabajo. Es como que si me salto una sola Llamada Perdida me estaré traicionando (bastante me costó concederme un respiro de un solo número en verano).
No dejo de pensar que si me salto una, ¿qué me impedirá saltarme otra?, y después otra, y ya que estamos otra más, ¿y entonces a dónde irá a parar este proyecto? No tengo una jefa que me marque el ritmo y decida cuándo toca relajarse, así que prefiero no hacerlo. Tum tum pss. Sé que si me digo "está bien, estás enferma y esta newsletter no es para tanto", pues me creeré que esta newsletter no es para tanto y me terminaré preguntando por qué la escribo.
Mi vida a veces se ciñe por el todo o nada, lo sé, una actitud bastante insana. Si fuese una amiga me daría muy buenos consejos para lidiar mejor con toda esta explotación autoimpuesta. Digo “mejor” porque ya lidio con ella… a mi manera. Negocio hasta cierto punto (uno con el que me sienta cómoda sin dejar de sentirme validada) con mi inseguridad y le digo "vale, veo que no vas a dejar pasar esta Llamada Perdida por mucha falta que nos haga descansar, pero tampoco vamos a ponernos a tope con ella; lleguemos a un punto medio".
Así que no estoy viendo las Chicas Gilmore, pero sí en el sofá, escribiendo todo esto desde el móvil en lugar del ordenador, metiendo gifs aunque no emojis (lo creas o no, me lleva mucho más tiempo de que debería ponerlos), sacrificando la versión en audio (ahora que acababa de estrenarme en Spotify, ¡maldita sea!), pero sin irme al extremo de saltarme el número.
Supongo que vivir es un poco esto:
Comprometernos con algo aunque lo cumplamos a medias, lidiar con las limitaciones, tratar mejor a nuestras amigas que a nosotras mismas y pasarnos domingos enteros en el sofá viendo comedias de hace veinte años.
Con mando 🎮
The Gardens Between sí que es perfecto para un domingo por la tarde en el sofá. En esta preciosidad de juego te paseas por escenarios oníricos de lo más curiosos, donde debes manipular el tiempo y el entorno para resolver pequeños puzzles. Yo lo jugué en el ordenador, pero creo que todo su potencial se aprovecha mejor en tablet (Apple/Play Store) o Switch.
Con palomitas 🍿
Estoy a tope con la segunda temporada de esta serie, si eres fan del género aventuresco con un toque kitsch, la fantasía urbana o los cozy mysteries, yo creo que se abrirá un hueco en tu corazón. En el mío lo ha hecho.
Con auriculares 🎧
Mi novio está jugando a Death Stranding y debo reconocer que es el juego con la mejor banda sonora del planeta. Esta canción en concreto es como si alguien me abriera en canal y dejase que todas mis entrañas se vaciaran.
Con nostalgia 🍂
Tal y como se veía venir (por eso de los ciclos estéticos y cómo el estilo y2k ya llevan un tiempo asentado): vuelve a estar de moda la década de los 10's.
Hola camisas con cuellos con pedrería, coronas de flores, bailarinas y Mary Janes, skater skirts, el corte peplum, vaqueros rotos, animal prints...
Me siento como si me hubiera dado un golpe en la cabeza y despertado en mi primer año de universidad. No me voy a quejar. Quizás sea el momento perfecto para revivir mi Tumblr Girl aesthetic phase, sin todo el bagaje emocional que arrastraba a los 20.
Bueno, me voy a priorizar mi salud y seguir viendo las Chicas Gilmore. ¡Hay que ver los sacrificios que una tiene que hacer!
Hala, cuídate mucho (esta vez lo digo más en serio que nunca).
Alessandra 🥀
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